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Hoy me he matado a trabajar, he observado a mucha gente y he comprobado lo ridículo que puede ser el ser humano en determinadas ocasiones.
Será cierto eso que dicen de no esperar nada de nadie. Lo mejor es aprender a esperar cosas de uno mismo.
Por cierto, estoy encantada de ser esa amapola roja entre tanto blanco y negro...No soy especial, no soy rara, simplemente soy yo. A quien le guste, que me disfrute, a quien no, que cambie de dirección. Las largas me las pongo yo solita para alumbrar mi camino ciego, bastante tiene cada uno con lo suyo.
Que me gocen y me disfruten aquellos de paladar fino (esto suena más chulo que un ocho pero es que estoy aprendiendo a regalarme los oídos).
(La foto se la hice a lo que pensaba era una instalación y resulta que es una campaña publicitaria de kenzo, han invadido alguna plazas con amapolas de tela).
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