viernes, 17 de octubre de 2008
Cierro los ojos y pienso
Pienso y deseo con todas fuerzas. Durante años negaba que de verdad ese elemento fuese fundamental para mi vida. Cuando el arranque te empuja a querer dejarlo todo de lado tienes picos de lucidez y te das cuenta de que es eso lo que quieres. Y yo quiero esa calidez, el calor de unas palabras sinceras, la mirada penetrante del que vino de la otra punta del fin para toparse contigo. Idas y venidas, parpadeos lentos, suspiros largos y angustias entrecortadas. Toda para evitar reconocer que eso es lo que más deseas.
Cuando el aire se condensa y puedes agarrarlo entre tus puños, cuando el caminar se vuelve pausado porque la cuerda se está acabando, te sientas en un bordillo y dejas que todo surja a borbotones. Entre todo eso que va apareciendo esa imagen es la que cazo, le pongo un hilo de seda rojo y la llevo sobre mi cabeza como si fuese un globo de helio. Sé que estás ahí, entre todo este enjambre de ideas y gentes, sé y siento que estás ahí. Aunque aún no te haya visto.
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2 comentarios:
Me gusta mucho la foto. Y el texto también. Un gran beso.
Hay veces, como "cuando la cuerda se acaba", lo que en principio parecía confuso viene a darnos al final la clave de aquello que realmente ansíamos.
Besos.
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